En esta entrevista, Cristina te cuenta como se fue de Canarias para empezar su aventura como fisioterapeuta en un centro de reeducación funcional especializado en fisioterapia neurológica y cardiorrespiratoria en Francia. Entre otras cosas, te habla de las ventajas e inconvenientes que tiene el vivir y ejercer de kiné en el país vecino, de cómo es trabajar en francés cuando no es tu idioma materno y comparte sus mejores consejos para que tú también disfrutes de la experiencia.
Salut Cristina ! ¿Puedes hablarnos un poco del sitio en el que estás trabajando?
Desde el mes de febrero me encuentro trabajando en un CRF en Troyes, especializado en fisioterapia neurológica y cardiorrespiratoria. Las patologías más frecuentes son ACV, esclerosis múltiple, EPOC, y debido a la situación sanitaria actual, muchos pacientes post-covid. Cada fisioterapeuta tiene asignadas aproximadamente 6 habitaciones de hospitalización completa y 2 pacientes de hospital de día. Las sesiones duran mínimo 30 minutos y máximo 1 hora, según el paciente. En mi centro tenemos una reunión por semana con el equipo multidisciplinar después de la visita médica, en la que cada terapeuta habla de la
progresión o aspectos a mejorar de cada uno de sus pacientes. Contamos con muchos recursos para el tratamiento de los pacientes, así como ayudas técnicas (sillas de ruedas, bastones, andadores…). Respecto al horario, trabajamos de lunes a viernes de 8h30 a 12h y de 13h30 a 17h. Me gusta el ambiente de trabajo, ya que es mayoritariamente joven y tenemos muy buena relación entre los compañeros. El centro nos proporciona un alojamiento a cada uno de los fisioterapeutas que están en CDD, entre los cuales se encuentran otros españoles.
Bajo tu punto de vista, ¿cuáles son las ventajas y los inconvenientes de ser fisioterapeuta en Francia?
Lo que me llevó a venirme a Francia fue poder mejorar mi calidad de vida, puesto que aquí la jornada laboral es de 35h en vez de 40h. También hay una menor carga de trabajo, contamos con mayor tiempo de tratamiento y además estamos mucho mejor remunerados económicamente. En cuanto a los inconvenientes, a nivel personal, se hace especialmente difícil vivir lejos de mi familia y mis amigos. Como balance de mi experiencia, me siento más valorada y realizada con respecto a mi profesión y me ha hecho evolucionar personalmente.
¿Cómo llevas el escuchar y acompañar a los pacientes, en un idioma que no es tu idioma materno?
Al principio fue duro porque no tenía un buen nivel de francés y me sentía impotente de no poder ayudarles como lo podría hacer en mi lengua materna. A raíz de empezar este curso de francés especializado para fisioterapeutas personalizado, comencé a entender mejor a los pacientes y a mejorar la comunicación. Aunque yo siempre con una sonrisa, que es lo que me caracteriza, los alegro jajajajaja.
¿Qué te han aportado las clases que recibiste con Francés en línea?
Una mayor confianza en mí, una mejor comprensión y pronunciación. Yo creo que si he mejorado mis dificultades, aunque seguiré trabajándolas, y no solo lo pienso yo si no también mis pacientes y mis compañeros de trabajo.
Instalarse en Francia supone también adaptarse al estilo de vida y a la cultura del país de acogida. ¿Qué te está aportando la experiencia?
Pues como decía antes una mayor calidad de vida. En mi caso, como cambio a menudo de trabajo, me da la oportunidad de conocer a mucha gente, tanto otros fisioterapeutas españoles como de otras nacionalidades. Viajar y visitar Francia que es una de las cosas que me apasionan. En general, vivir constantemente diferentes experiencias. Entre los aspectos negativos, sin lugar a dudas la burocracia, los diversos papeleos que hay que realizar para cualquier cosa, por mínima que sea.
¿Qué te hubiera gustado saber antes de instalarte en Francia?
En mi caso, me ayudó muchísimo venirme con una agencia, que me gestionó todo el papeleo, con la cual sigo en contacto y siempre que tengo una duda me la resuelve. Pero es importante saber qué documentación es necesaria por ejemplo, para abrirse una cuenta bancaria, obtener un número de teléfono o la tarjeta sanitaria, eso ahorra muchos quebraderos de cabeza.
¿Qué consejo(s) te gustaría compartir con los fisioterapeutas que se plantean irse a Francia para trabajar?
Que no tengan miedo a dejarlo todo, siempre se puede volver a casa y esta experiencia solo se vive una vez. Y que no duden en contactar con otros fisios que hayan pasado por el mismo proceso, al final somos como una gran familia.
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